En latín, el sustantivo, el adjetivo (flexión nominal) y el
pronombre (flexión pronominal) adoptan diversas formas de acuerdo con su
función sintáctica en la frase, formas conocidas como casos gramaticales.
El
latín heredó seis de los ocho casos originales del protoindoeuropeo: el
nominativo, el vocativo, el acusativo, el genitivo, el dativo y el ablativo.
- Nominativo: es usado cuando el sustantivo es el sujeto o atributo (o predicado nominal) de la oración o frase.
- Vocativo: identifica a la persona a la que se dirige el hablante, se podría decir que es una llamada de atención. Incluso, puede servir como saludo.
- Acusativo: se usa, sin rección de preposición alguna, cuando el sustantivo es el objeto directo de la frase, o bien como sujeto del denominado infinitivo «no concertado»; cuando va regido por una preposición, pasa a desempeñar la función sintáctica de complemento circunstancial.
- Genitivo: indica el complemento y las características del nombre (sustantivo o adjetivo).
- Dativo: se usa para señalar el objeto indirecto, con ciertos verbos y, a veces, como agente (en la conjugación perifrástica pasiva) y poseedor (con el verbo sum).
- Ablativo: caso gramatical que denota separación o movimiento desde un lugar. El latino además, incluía en él la causa, el agente, usos como instrumental, locativo y adverbial.
Esta entrada es genial, quizá estaría bien que añadieras un ejemplo de cada (frases simples) en cada caso, para los neófitos y también para los que lo estudiamos porque nos gusta identificarlo dentro de las frases... Adoro el Latín. Un saludo
ResponderEliminarSí, muy buena entrada, me encanta. Una preguntilla: ¿no habría que incluir el Locativo, o es un caso demasiado especial? Saludos y enhorabuena por el blog.
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