lunes, 7 de abril de 2014

Instituciones de la República Romana: Los comicios

La República Romana, fundada, según cuenta Tito Livio, tras la revuelta instigada por Lucio Junio Bruto y Lucio Tarquinio Colatino que expulsó a Tarquinio el Soberbio y a la familia real de Roma en el 509 a.C., fue lo que podíamos llamar el primer experimento constitucional de la historia, si dejamos de lado a Grecia. Roma se convirtió, con el paso del tiempo, en un sistema constitucional con poderes y contrapoderes que buscaba evitar, principalmente, la tiranía de los reyes, y que duró desde su fundación hasta el año 27 a.C., cuando Octaviano recibió del Senado los títulos de “Princeps” y “Augusto”.
Este sistema constitucional se asentaba sobre una serie de instituciones que se controlaban entre sí. Estas eran el Senado, los Comicios y las Magistraturas. En esta entrada hablaremos de los Comicios, para hablar posteriormente de las magistraturas y del Senado.
Comicios: eran reuniones de todo el pueblo romano, que poseían oficialmente el poder legislativo, aunque fueron sometidos a fuertes controles por parte del Senado. Las votaciones se realizaban por bloques de ciudadanos, en las que cada ciudadano votaba qué voto daría su bloque, y cada bloque daba un voto en los comicios. Según como se reunieran los ciudadanos podían ser Curiados, Centuriados o Tribunados. Un caso aparte era el Consejo de la Plebe:

  • Comicios Curiados: eran los más antiguos de los Comicios de Roma, pues ya existían durante la época de los reyes. Los ciudadanos se reunían en treinta Curias, a las que pertenecía por la pertenencia a una familia específica. En estos Comicios todos los ciudadanos tenían voz, pero solo los patricios tenían voto. Poco después de la fundación de la República, sus poderes fueron trasladados a los Centuriados y a los Tribunados, aunque siguió poseyendo algunos poderes simbólicos. Aprobaba las leyes, elegía a los cónsules, únicos magistrados del momento, y llevaba casos judiciales.
  • Comicios Centuriados: en estos Comicios los ciudadanos se reunían en divisiones llamadas centurias, que inicialmente eran cien y posteriormente llegarían a 197. Cada centuria tenía un voto en los Comicios, y cada ciudadano pertenecía a una centuria de acuerdo a cuanta propiedad poseía, de más rico a más pobre. La votación comenzaba siempre con las centurias más ricas, y en cuanto se había llegado a la mayoría de votos de todas las centurias la votación acababa, aunque no hubieran votado todas las centurias. Por ello las centurias más pobres generalmente no votaban, porque las más ricas habían alcanzado ya la mayoría. Sus funciones eran aprobar ciertas leyes, declarar la guerra, elegir a las Magistraturas mayores (los cónsules y pretores cada año, los censores cada cinco) y llevar los asuntos judiciales más importantes. Eran presididas por un cónsul o, a veces, por un pretor, que se sentaba en una silla curul como símbolo de su autoridad.
  • Comicios tribunados: en estos Comicios los ciudadanos se reunían y votaban por divisiones llamadas tribus, según la localización geográfica de su domicilio. Había treinta y cinco tribus, cuatro urbanas y treinta y una rurales. Cada tribu tenía un voto en los comicios, y la mayoría de votos ciudadanos dentro de una tribu decidía el voto de dicha tribu. Eran los más democráticos de los Comicios, pues representaban a patricios y plebeyos sin importar sus propiedades. Sus funciones eran elegir las Magistraturas menores (cuestores y ediles curules) y llevar asuntos judiciales. Eran presididos por un cónsul o por un pretor.

Cayo Sempronio Graco, tribuno de la plebe, dirigiéndose al Consejo de la plebe

  • Consejo de la plebe: era idéntico a los Comicios tribunados, con la diferencia de que únicamente participaban y votaban los plebeyos. Sus principales funciones eran elegir a los tribunos de la plebe y a los ediles plebeyos. Eran convocados y presididos por los tribunos de la plebe. Las decisiones del Consejo de la plebe se llamaban plebiscitos, y a partir del año 289 a.C. estos tomaron fuerza de ley, sin necesidad de aprobación del Senado.

3 comentarios:

  1. Muy interesante. Enhorabuena por este blog. He echado de menos alguna entrada antes, pero me imagino que vais a recobrar el ritmo. Gracias.

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  2. Muy bueno. Muchas gracias. Siempre esperando sus publicaciones.

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  3. Muchas gracias por este blog. Se aprende mucho (y se recuerda lo aprendido y lo olvidado también)

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