Busto de César |
La historiografía, al igual que la mayoría
de géneros literarios, tiene sus orígenes en Grecia, con autores como Herodoto,
Tucídides y Polibio. Sin embargo, la historiografía romana tiene una gran
diferencia respecto a la griega: su “afán memoralístico”. Un romano tiene
conciencia de que es el mejor, por lo cual crearán archivos en los que se
guardará constancia de todo lo que sucede. Un ejemplo es el “Tabularum”.
El fin de la
historiografía es, sobre todo, el “docere”, como deja claro Cicerón en su
famosa frase “Historia est magistra vitae” (La historia es la maestra de
la vida). Respecto al tema predominante en la historiografía,
nos encontramos a Roma, y los personajes que saldrán en este tipo de textos
serán los que hacen grande a Roma. Se le da mucha importancia al
individualismo, el individuo tiene más importancia que una institución en
general. También nos encontraremos verosimilitud en favor de
la propaganda política.
En cuanto al lenguaje, usarán:
·
Tercera persona
·
Pretérito perfecto
·
Presente histórico
·
Infinitivo histórico
·
Ablativos absolutos
·
Cum histórico
Dentro de la historiografía hay varios
tipos de subgéneros:
·
Historia general.
·
Monografía: Escribir sobre un tema en
concreto, como Salustio.
·
Memoria de campaña.
·
Biografía.
·
Autobiografía.
Los principales autores que
cultivarán este género y sus obras más importantes son:
·
Tácito: Historiae y Annales.
·
Suetonio: La vida de los doce
Césares.
·
Julio César: La guerra de las
Galias y La guerra Civil.
·
Salustio: La conjuración de
Catilina, La guerra de Yugurta e Historiae.
·
Tito Livio: Ab urbe condita.
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